Capítulo 1. El amor. Dame la mano

Dame la mano; ha llegado la hora de internarnos en la niebla; ha llegado la hora de cumplir nuestros sueños. Juntos lo podemos todo, nada ni nadie podrá pararnos. Dame la mano; ¿quieres conquistar las nubes o atrapar estrellas? ¿Quieres robar rosas o luz al sol? ¿Quieres guardar nuestro secreto? ¿Quieres que nos perdamos en el bosque o en la ciudad? ¿O entre las sábanas? Yo me pierdo en tu mirada, tú me pierdes con tu sonrisa. Dame la mano; vamos a correr bajo la lluvia, vamos a recorrer los caminos, vamos a disfrutar nuestra locura. Dame la mano; vamos a volar muy alto, por encima de tejados, ríos, montañas, la realidad... Dame la mano; juntos partiremos por aguas cristalinas en busca de nuevas playas. Dame la mano, vamos a escaparnos juntos, vamos a vivir lo que siempre hemos soñado. Pon los pies en la tierra: estés donde estés, estaremos juntos. Yo también te quiero, artista mía.

Artista mía, tú que alegras mis días,
tú que me enloqueces, tú que me inspiras.
Tu amor me tiene embriagado.
Tú me nublas la vista,
tú me entorpeces,
tú me calientas,
tú me gustas...

Tú que me alumbras las noches
Y me tapas del sol.
Tú que me cubres de la lluvia y el viento,
Tú has cuidado de mi amor con amor
Desde que semejaba una pequeña planta
Hasta que en un gran árbol se convirtió.
Ya nadie podrá talarlo
Ya contigo mi amor enraizó.

Este amor nuestro que es tan grande que traspasa fronteras, ríos, montañas; y se mantiene firme contra viento y marea, y crece día a día con cada latido de nuestros corazones, que buscan a cada momento latir a la par para unirse en mágico vínculo; vínculo por algunos llamado amor.

Un amor tan grande que
Dos corazones alejados pero palpitando a la par
No pueden estar separados mucho tiempo;
Al final nuestros corazones se vuelven imanes sin norte
Y acaban juntándose.

Lo que me quitas de razón
Me lo llenas de amor.
Y ahora no hay más razón en mi corazón
Que el calor de ese amor.

Ese corazón que a veces se fatiga de latir pues está ocupado en amarte.
A mí me duele el alma y sólo tu compañía puede curarla.

Cupido es ciego, porque el amor es ciego y cega la vista.
Pero a veces acierta.

Ahora que no nos oye nadie,
Quiero confesarte:
Te amo, vida mía.
Yo te confío mi felicidad,
Te confío mi alma para hacerte
Feliz a ti también,
En mi pecho,
Entre mis brazos,
Con el calor de mi amor
Y el compás de mi corazón.

Tú eres quien mejor me exprime
Como a una fruta prohibida
Y el jugo de este poeta
En poesía consiste.

Tú has prendido la mecha a mi corazón
Y ahora, igual que el sol,
Quiere darte su luz y su calor.

Tú que penabas por ahí
En mi vida te colaste.
Yo tu tristeza di al traste
Pues ya no te dejaré salir.

Tú eres el sol que alumbra mis días
Haga frío o calor, niebla o nieve, lluvia o sol, me calientas con tu amor.

Tú eres quien tapa mis goteras,
Quien llena mis vacíos.
Quien alumbra mis días
Quien me da nuevos bríos.

La esencia de mi amor
Nace en tu sonrisa.

Alegría la que mana de nuestros corazones.
Carrillo, los que marca tu sonrisa.
Victoria... Victoria la que alcanzará nuestro amor cuando estemos juntos y al fin seamos uno.

Eres delicada como una flor
rodeada de bestias.
Déjame ser el mísero insecto que se
Pose en tu cáliz para libar tu dulzor.

La más bella flor jamás vista
en los jardines de mi corazón.
(Alcaparra, buganvilla, crisantemo).

Amor, hermosa flor, eres preciosa. Nada en este mundo es equiparable a tu belleza, ni en el cielo ni en la tierra, ni en otoño ni en primavera, ni en el bosque ni en el mar. Tu belleza sólo es comparable a la de Afrodita, al dulce y atrayente canto de las sirenas, a la noble música de Apolo.

Quiero apretarte muy fuerte
Y acariciarte muy suave.
Quiero que me quites el frío y la respiración.
Las preocupaciones y... la ropa.
Límpiame de preocupaciones y problemas
Con tus manos y tu lengua.
Quiero perderme entre tus curvas,
Quiero recorrer el camino inexplorado de tus lunares.
Quiero olvidarme de todo entre tus brazos.
Y tirar por la ventana el calendario y el reloj;
entonces el tiempo será nuestro.
Entonces habremos ganado.

Ya he venido, ya estoy aquí, junto a ti. ¿Me das la mano?

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